Historia del Vermut campeón.

La historia de este vermut empezó en el país vasco, donde vivía un familiar de lejano parentesco, del cual nunca supe el nombre, pero al que todo el mundo apodaba como el Lezarria. Como ya habréis adivinado, le pusimos el nombre a nuestro vermut en su honor. Que, ¿qué significado tiene?  EL PEREZOSO! Si, lo sabemos, parece extraño ponerle un nombre con este significado a un vermut, pero ahora mismo entenderéis por qué:

El motivo es la gran relevancia de Lezarria en la elaboración de este Vermut, además del parecido carácter entre uno y otro:

Lezarria era un hombre, que como su apodo indica, no tenía una vida muy ajetreada. Le encantaba disfrutar de la vida, pero a su ritmo, sin prisas, disfrutando de cada instante como si fuera lo único que tenía que hacer en todo el día, y siempre con la norma del mínimo esfuerzo por bandera. Ahora ya sabéis de dónde le viene el apodo, pero hay que reconocerlo ¡qué envidia saber vivir así!

Una tarde como otra cualquiera tuvo la inspiración de dar un paseo  por las verdes montañas del norte, lo que suponía hacer un pequeño esfuerzo… ¡cosa rara en él!  Durante el paseo tuvo el presentimiento de que tenía que recoger diferentes botánicos que se iba encontrando a su paso, pero no os equivoquéis, no los cogía todos, tenía un “sofisticado” método de selección,  los olía y los que le daban buenas sensaciones los metía en el cesto. Cuando fuimos a visitarlo nos dijo, sabedor de que es nuestro oficio, que teníamos que hacer un vermut que llevara esos botánicos, siempre decía “si da buen rollo olerlo, no quiero ni imaginar lo que será beberlo!” Después de mucho insistir a lo largo de nuestra estancia, lo consiguió, y menos mal, porque gracias a ese momento de inspiración conseguimos la receta de nuestro vermut, y salió esta ¡auténtica maravilla!

Por si fuera poco, no lo veréis en ninguna lista, guía o puntuaciones,  porque este vermut ya consiguió un montón de premios, y ¿para que más? ¡¡LE DA PEREZA!!!